Aenea van Zweeden estudiante de la Universidad Utrecht, Holanda (Bachelor Spaanse) bajo la supervisión de la profesora Elena Carrillo, dentro del Curso Ciudades Escritas, ha tenido la amabilidad de dedicar a mi novela Guardianes de la Alhambra este magnífico trabajo. Sorprende la calidad lingüística y el perfecto uso del español. Desde aquí les doy las gracias a ambas y animo a leer el trabajo, con el cual todos aprenderemos un poco más de la Alhambra.
La Alhambra como personaje: lugar de memoria e intertextualidad en Guardianes de la Alhambra de Carolina Molina (puede leerse en internet)
El pasado sábado día 17 de abril, a las 19h horas firmé en la caseta de firmas de la Feria del Libro de Granada. Fue un momento emotivo el poder relacionarme con granadinos que se interesaban por mis Guardianes de la Alhambra y me comentaban lo mucho que quieren su tierra. También tuve la oportunidad de reencontrarme con amigos como José Luis Gastón Morata, con Angel Olgoso, con Miguel Ángel Moleón, Javier Villoria o Concha González-Badía, así como con mi nueva amiga Beatriz que tan amablemente me ha tratado desde hace unos meses y a la que estaré eternamente agradecida, igual que a su madre Soco (tan guapa como ella y con la misma vitalidad).
También aproveché la visita a Granada para dar unas charlas en las bibliotecas del Zaidín y de la Chana. Me recibieron con los brazos abiertos y yo estuve muy contenta de compartir mis trabajos. Agradezco a Angeles Jiménez Vela; a Fina y a su amable esposo; a Ángeles y a Rafael su apoyo y simpatía.
La sala de la Fundación Andaluza de la Prensa donde presentábamos mi novela se llenó. La presentación corrió a cargo de Blanca Rosa Roca, la editora y de Javier Villoria, profesor de la Universidad de Granada y referente absoluto en la figura de Washington Irving. Maria del Mar Villafranca, directora del Patronato no pudo asistir. Y mi querida Cristina Viñes tampoco, a ambas las echamos de menos pero las recordamos con cariño. Tanto Blanca Rosa como Javier estuvieron a mi lado, apoyándome y arropándome como todos los amigos que se desplazaron en esa tarde lluviosa a saludarme. Y hubo de todo, profesores de universidad como José Manuel Gómez-Moreno Calera; escritores como José Luis Gastón Morata que aportó su gracejo granadino; arquitectos como Fernando Acale a quien admiro; arqueólogos como mi queridísima Inmaculada de la Torre que ahora coordina una maravillosa exposición en el Aljibe del Rey de la Fundación Aguagranada (Agua, azucarillos y aguardiente); novelistas como José Manuel García Marín que tuvo que desplazarse desde Málaga; José Luis Serrano; Mari Luz Escribano, tan amigable; mi ángel guardián Remedios Sánchez, ambas incansables en su actividad de sacar adelante la revista Entreríos y su nuevo proyecto la editorial “Zumaya”; los descendiente del admirable Seco de Lucena con cuya asistencia me sentí honrada; los escritores, periodistas y compañeros de Heraldo José Cruz, Concepción González-Badía, Cristina Monteoliva (qué guapa), Francisco Ortiz y José Abad; La Jefa de las Bibliotecas de Granada, Ángeles Jiménez Vela, mi primera amiga en la ciudad; amigos como Alicia y otros nuevos, como Cristina alta y rubia que esperaba impaciente la publicación de su primer libro y a quien deseo todo lo mejor. El presidente de la Fundación Andaluza de la Prensa, Antonio Mora, aportó su gratificante punto de vista y entre todos pudimos hacer de una tarde triste de paraguas, una velada agradable y dinámica que yo agradezco de forma muy sincera.
AGRADECIMIENTOS:
En el libro doy buena cuenta de todas las personas a las que debo agradecer que la novela sea un hecho cierto. Pero aquí reitero ahora un agradecimiento muy especial a Cristina Viñes, a la que admiro desde hace muchos años y que ha tenido la generosidad de escribirme el prólogo de la novela.
También quiero agradecer a Javier Villoria Prieto que tuviera la amabilidad de presentar mi novela, para mí ha sido todo un honor poder contar con su experiencia en Washington Irving. Ha sido emocionante y muy placentero poder encontrarme con una persona tan atenta. Cada día aprendo más de él.
Igualmente agradezco a Roca editorial su interés, a Blanca Rosa Roca, a Cristina Hernández Johansson y a Silvia Fernández el haber creído en la historia de Manuel Cid.
Y a mi amiga Remedios Sánchez por apoyarme y conseguir realizar mis fantasías propias de una romántica.
LOS PERSONAJES PRINCIPALES:
WASHINGTON IRVING: Presente en toda la novela. Autor del famoso libro Cuentos de la Alhambra.
MANUEL CID: A quien Irving cederá su testigo de cuidar de la Alhambra. Guía de todos los viajeros románticos. Pintor de ruinas. Enamorado de una condesa italiana.
FRANCESCA DI MARE: La condesa. Ideal femenino de mujer avanzada, poco frecuente en la España del siglo XIX.
BÁRBARA BENAJARA: Esposa de Manuel Cid. Mujer despechada que será capaz de utilizar cualquier recurso para mantener a su familia bien unida.
JULIÁN MÍNGUEZ: El amigo inseparable, profesor, intelectual, arqueólogo aficionado. El idealista que quiere cambiar el mundo.
MAX CID: El hijo de Manuel Cid y Bárbara Benajara. El narrador. Será quien descubrirá la biblioteca de su padre en donde hallará el ejemplar dedicado de Cuentos de la Alhambra de la misma mano de Washington Irving.
GRANADA DESDE EL SIGLO XIII AL XIX EN LA NOVELISTICA DE CAROLINA MOLINA.
Desde que escribiera la novela La luna sobre la Sabika en 2003 ambientada en la Granada del siglo XIII hasta Guardianes de la Alhambra, que abarca hasta mediados del siglo XIX han pasado siete años de dedicación plena a la ciudad de Granada y su historia. Con Sueños del Albayzin me centré en el siglo XIV, época de esplendor para la Alhambra y en ella quise acercarme a esa relación amorosa que mantiene la colina de la Sabika con la colina del Albayzin. El título original de la novela iba a ser Sueños del Albayzin, sueños de la Alhambra, pero por motivos comerciales se tuvo que acortar. Ya desde entonces manifesté mi interés personal por ambas colinas y con esta novela Guardianes...rindo mi pequeño homenaje al monumento y claro está, a los hombres que hicieron que la Alhambra llegara hasta nuestros días. Hombres como Washington Irving, que fue el primero, pero no el único, por eso el título de mi novela, en plural, pues es de bien nacido ser agradecido y así se lo agradezco a Gautier, a Ford, a Merimée, a Dumas...a muchos que llegaron después que él.
La novela acaba cronológicamente a mediados del siglo XIX, pero después y hasta la actualidad seguirá, la Alhambra, siendo bien guardada, por viajeros, escritores, historiadores, arqueólogos y arquitectos. Pero de estos hablaré en la siguiente novela y en este blog.